08 octubre 2014

AÑO II - 19º SEMANA LITEL PIPOL

Normalmente las semanas se me pasan volando, los miércoles no ocurren cada siete días, sino que tengo la sensación de que lo hacen a la mitad de tiempo. Pero siempre hay excepciones y esta ha sido una de ellas.

El miércoles pasado, justo después de publicar el anterior Litel Pipol, me llamó mi padre para comunicarme que acababa de fallecer mi abuela. Este tipo de despedidas siempre son duras, tristes, pero tan naturales como hacerlo a los 97 años. Una estrella más nos alumbra desde aquel día.

A todos los sentimientos que supone un funeral, se le unió algo completamente contradictorio: la entrega de un premio de fotografía a nivel nacional. 

El viernes, acompañada de 3 de mis compañeros (jefes) de Aspace Cáceres, me marché a Santiago de Compostela, a la celebración del Congreso Nacional de la Parálisis Cerebral.  Allí, además de conocer esa bella ciudad, de aprender un montón de cosas  y de adquirir nuevas experiencias, se me hizo entrega del primer premio de Fotografía en la IV convocatoria de estos premios.
En esta ocasión el tema era mostrar la Normalización de la vida de las personas con Parálisis Cerebral. Y para ello, yo presenté una serie de 3 fotografías, donde el protagonista es Jose Perales, un chico del centro Aspace Moraleja, al que le estoy enormemente agradecida por ser tan buen modelo y prestarse a todo y a su hermana por darme el permiso para poder hacérselas y participar. Os dejo con los enlaces que hablan de la noticia:




Y como no, os muestro las fotografías:


Después de 3 días fuera de casa, sin mis chicos, con algún kilo más, de lo bien que se come en esas tierras y de la buena boca que tengo yo. El domingo, por fin, tocaba volver a la normalidad, reencontrarme con mis niños, achucharlos, besarlos y como no, traerles un regalito por lo bien que se habían portado con papá y por lo mucho que yo me acordé de ellos. 

La sesión de hoy comenzó justo después de que les diese el regalito que les había traído. Era poca cosa, pero a ellos les hizo mucha ilusión y lo disfrutaron un montón.

Pablo rapidamente supo como funcionaba el coche, yo ni sabía que tenía una cuerda para poder lanzarlo, ni que tenía luces.
 Álvaro aún no tiene la misma habilidad que su hermano mayor, así que se conformaba con ver como él lo lanzaba.
Aunque lo intentó en varias ocasiones, pero sin éxito.
Hasta que dejó de probar y comenzó a jugar como sabía, empujándolo con la mano como se ha hecho siempre.

 De esos instantes de emoción, por el nuevo juguete y por la llegada de mamá a casa, me quedo con esta imagen para el Litel Pipol de esta semana. Cuando él vió la foto en la cámara me dijo que la borrase, y fingí hacerlo, porque ya sabía que iba a directo a ser la protagonista.
Y tras esa vinieron algunas más en serie:
Cuando tienes que pasar unos días alejados de tus hijos, el pensamiento sólo está con ellos, la sensación de abandono aparece a veces en tu cabeza, el miedo por lo que pueda pasar te acompaña, pero cuando vuelves, te dan un besazo y un abrazo enorme y te dicen TE QUIERO, se te olvida todo y te alegras de volver a la rutina diaria.







No hay comentarios:

Publicar un comentario