22 octubre 2014

AÑO II - 21º SEMANA LITEL PIPOL

A raíz de una actividad escolar de Pablo, basada en los juegos populares, está hecha la siguiente sesión que os traigo hoy.

Esta semana tenía que rellenar una ficha donde respondía a preguntas del tipo: ¿A qué jugaba tu mamá cuando era pequeña? ¿Y tu papá? ¿A qué jugaban tus abuelos cuando eran pequeños?... Y añadir una imagen de uno de los juegos elegidos.

 La primera a la que entrevistó fue a mi y yo respondí que a la rayuela (llamado la semanita en Coria). Este verano le enseñé a jugar y casi todos los días, después de la piscina, le dedicábamos un rato porque le encantaba. Sin dudarlo me dijo que ese sería su juego favorito y el dibujo estaría basado en él.

Más tarde le preguntó a papá, el cual le respondió que a lo que más le gustaba jugar era a las canicas. Pablo nunca había jugado a ello, porque aunque teníamos canicas en las casas de ambos abuelos, no nos habíamos atrevido a enseñarle por miedo a que o él o Álvaro se los tragasen, pero ahora se hizo difícil no mostrárselo. Papá le estuvo explicando varias modalidades y él sencillamente lo flipó. Tras la charla con su padre, se vino a mi y me dijo: "Mamá lo siento, pero la semanita ya no es mi juego favorito, ahora son las canicas".

Y vamos que si lo fueron, desde que su abuela le dió un puñado de ellas Pablo no deja para atrás su bolsa. Vayamos a la finca, vayamos a Moraleja o al parque, las canicas o bolindres, como se dice en mi pueblo, van siempre con nosotros. 

Álvaro siente muchísima curiosidad por esas bolas, pero Pablo se niega a dejárselas y es que lo único que sabe es lanzarlas como si fuesen piedras. La manera de conseguir que lo dejase tranquilo fue dándole una bolsa de aperitivos.
Cuando su hermano se alejó un poco, pudo empezar a dar rienda suelta a su imaginación. Hizo un círculo en suelo, recordando una de las variedades de juego que le contó papá, pero el resto se lo inventó.
Los bolindres acabaron por transformarse en personajes que luchaban entre si. Él dirigía un escuadrón y yo otro.
Todavía no entiendo porqué siempre ganaban los suyos. Según él las canicas son suyas y el que manda y dice las reglas es él.Yo me limito a cumplir órdenes.
Hizo revolcarme en la arena, pero el momento lo merecía. Verle esa cara de ilusión por su nueva aficción no tiene precio. Por ello, la siguiente foto pasa a formar parte del albúm de Litel Pipol esta semana.
Junto a ésta foto están otras vientitantas realizadas por mis compañeros de Litel Pipol, así que si te apetece pasar te dejo el enlace:

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