01 octubre 2014

AÑO II - 18º SEMANA LITEL PIPOL

Aquí os traigo mi última sesión veraniega, que tenía pendiente de editar y deseando salir del disco duro. A partir de ahora tendré que volver a ponerme las pilas y hacerlas semanalmente, que ya iba siendo hora.

La sesión tampoco es muy vieja, sólo hace 15 días que decidimos irnos a pasar un día completo a Portugal, en concreto a Castelo Branco. Acababa de empezar el cole Pablo y revisando el armario vimos que le hacían falta un montón de cosillas: pantalones, chandal, camisetas... Así que vez de irnos a comprar a los mismos sitios de siempre, que mejor oportunidad para conocer otros lugares.

Del centro comercial no tengo ni una sóla foto, allí ibamos a lo que íbamos. Lo que si os enseño es una pequeña muestra de las muchísimas fotos que tiré en el maravilloso Jardín do Paço Episcopal, considerado Monumento Nacional y Patrimonio de las Naciones Unidas. Construido en 1705. Aunque en este primer mosaico tambien os muestro momentos previos a la entrada a éste.

Habíamos leído en internet que era muy recomendable la visita y ahora soy yo la que os anima a visitarlo. Quedamos maravillados de su preciosidad, de la multitud de rincones distintos con gran variedad de plantas, árboles, fuentes, estatuas por todos lados... y todo ello por 2.50€ por cabeza, niños gratis. 

 



Los peques se divirtieron, corrieron, se rieron y es que era un lugar que invitaba a ello.
El jardín estaba repartido en tres alturas, cada una de ellas diferente al resto. Ésta es la segunda planta.

Sin duda, ésta fue la que más les gustó a los niños. Los setos formaban un laberinto y jugaron a esconderse, a buscarse, a huir de papá... En recuerdo a esos buenos ratos que pasamos,  os dejo a continuación la foto elegida para Litel Pipol, que resume perfectamente lo dicho:

De vez en cuando se encontraban, se paraban y tomaban aire para continuar. Suerte que allí estaba yo.


No podía faltarnos la foto familiar, aunque los peques no estaban muy por la labor de colaborar. Álvaro no quería perder el tiempo ni para mear, era más rápido hacérselo en los pantalones. Menos mal que hacía calor y se secaron rápido, porque los de respuesto quedaron en el coche. 
Cuando mis 3 chicos volvieron a correr alocadamente por el laberinto, yo me centré en congelar el agua de la fuente, pero se me cruzaron.
Como ya dije, y como habéis podido ver en las fotos, las estatuas estaban por todos lados: santos, reyes, angelitos... A continuación la escalera de los santos, que nos llevaba directos a la última planta.
Arriba nos quedamos asombrados con el grandísimo algibe al aire libre. Pero  tambien acongojados por el peligro para los niños. Como podéis ver, el vallado tenía bastante riesgo. Es volver a ver las fotos y se me revolve el estómago.
Si me preguntais que punto negativo le doy al jardín, sin duda es la seguridad para los niños. En la entrada, el taquillero te advierte de que tengas cuidado, pero no imaginas cual es el peligro hasta que no subes y lo compruebas. Mirases por donde mirases se te ponían los pelos de punta.

Como es de imaginar, estuvimos poquisimo rato allí, lo justo para hacer algunas fotillos y para abajo, a seguir descubriendo.
Cada rincón nos sorprendía aún más. A ras del suelo no se puede apreciar bien, por eso os dejo con dos vistas distintas de este espacio.
 
Al lado opuesto de la escalera de los santos, estaban las escaleras de los reyes.
Este lugar fue tambien el elegido para una nueva foto familiar.
En aquellos sitios en los que la altura del vallado era mínima, intentábamos concienciar a los niños del peligro que suponía acercarse. Toda prevención era poca.

Cuando se sale de viaje con niños, los horarios se trastocan y hay momentos en los que es inevitable caer rendido ¿sería lo lógico, verdad?  pues aunque pueda parecer real, Álvaro está posando para mi. Tras escuchar el disparo, se levantó y salió a correr nuevamente. Menudo teatrero tengo en casa.
Estuvimos dentro alrededor de una hora o un poco más y si nos fuimos fue por descansar y relajarnos de los posibles peligros. 
La salida se hacía cruzando un puente sobre el jardín y la carretera, para después acceder a otro jardín público y gratuito que había justo en frente, donde los papis pudimos liberarnos de tensión.
Si no tuvimos suficiente con las fuentes del otro jardín, lo primero que nos encontramos aquí fue una enorme a los que los niños no pudieron resistirse.
 Pero en cuanto miraron a su alrededor y vieron el parque infantil, se fueron emocionados hacia él.
Lo más curioso y que más nos llamó la atención: la decoración artesanal de los árboles, las farolas, los bancos... Me gustaría saber el porqué, pero he buscado y no dicen nada. 
Desde pequeña, cuando hacíamos las excursiones con el cole, siempre me gustaba irme de los sitios dejando pendiente la visita de otros rincones, como una manera de forzarme a volver. En el siguiente viaje visitaremos la ciudad antigua, os dejo con las vistas:


Os animo a que me dejéis algún comentario de si conocíais Castelo Branco, a que me recomendeis que visitar la próxima vez en esta ciudad. Y por supuesto, si sabeis darme una explicación de la decoración con ganchillo o croquet os lo agradecería.



No hay comentarios:

Publicar un comentario