20 agosto 2014

AÑO II - 12ª SEMANA LITEL PIPOL

Creo que hay pocas cosas en la vida, que marque un antes y un después tan radical, como el tener hijos. Ese es un importante motivo por el que nos resistimos a ser padres y alargamos al máximo el paso a esta nueva etapa, nos da miedo a dejar de ser nosotros, a no hacer lo que nos gusta, a cambiar de amigos, de ambiente... 

Y cierto es que lo hace, pero no como imaginábamos. Ellos se convierten en el motor que dirijen nuestros pasos, en el corazón que bombea nuestro ser y todo lo que hacemos y en quienes nos convertimos tienen un fin: SER AÚN MÁS FELICES, sin suponer una ruptura total con tu pasado (si así lo quieres).

Cuando decidimos ser padres por segunda vez, los miedos vuelven a aparecer a nuestra mente, las dudas te invaden e inevitablemente te cuestionas lo que todo el mundo, en esta situación ¿podré querer a mi segundo hijo igual que al primero?  Yo la respuesta la encontré en el paritorio, en el mismo momento que lo cogí en mis brazos, lo miré, lo sentí, lo besé y le juré amor eterno. 

Este lunes, 18 de agosto, hizo dos años de esta experiencia tan emocionante. Volvería a vivirla una y otra vez, con dolores incluidos, si pudiese sentir todas aquellas sensaciones del momento. Nuestro amor volvía a personificarse en un nuevo ser, nuestro ritmo volvía a trastocarse. 

La casa nuevamente se llena de trastos, de llantos, de pañales, pero a la a vez  de ilusiones, de sueños, de experiencias que hacen el día a día más dichoso. Y eso es lo que he querido reflejar en esta sesión: nuestra felicidad por estar juntos y tenernos los unos a los otros. Porque no concibo mi vida de otra manera, que no sea al lado de ellos. 






Es importantísimo divertirse y reirse juntos. Convertir cualquier momento en un juego para todos y eso fue lo que hicimos. En la siguiente Pablo sólo cumplía órdenes, se colocó sin saber que iba a suceder.


Concentrado en la cámara no se percató hasta que Álvaro estaba a su altura. Sus sonrisas lo dicen todo.



Disparar en serie te regala instantes mágicos que sólo descubres cuando descargas la tarjeta. En este momento, Pablo ya sabía en que consistía el juego y esperaba ansioso que volviésemos a bajar a su hermano.


Álvaro estaba en su salsa, solo quería que subir y bajar.


La siguiente es la imagen elegida para Litel Pipol, llena de la frescura del momento, de la naturalidad que sólo los niños saben desprender y de la felicidad que reflejan sus rostros.


Y aprovechando la postura de Pablo, decidimos todos tirarnos al suelo y hacernos un retrato más cercano.  Que mejor manera para festejar el segundo aniversario de nuestra familia con 4 miembros.


Gracias por pasar por mi rinconcito, ver mis fotos y leer mis pensamientos. Espero que te hayan gustado.

2 comentarios:

  1. Feliz cumpleaños al peque y felicidades a vosotros por esta familia tan bonita que habéis formado. Un besazo enorme!

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