13 agosto 2014

AÑO II - 11º SEMANA LITEL PIPOL

El verano está para disfrutarlo en familia, hacer cosas juntos, divertirse...  No importa si es al lado de casa, a 50 km o a 300 km. En cualquier lado está la ocasión de pasar un rato distinto, hacer cosas distintas y con distinción. 

Digamos que el reportaje que os voy a enseñar ahora pertenecen a nuestras vacaciones. No han podido ser en la playa, ni han durado 15 días, tan sólo 3 días, suficientes para salir de nuestra rutina y crear recuerdos que quedarán en nuestra mente para siempre. 

Todo empezó dos días antes de partir. Pablo encontró en el buzón una carta dirigida a él. Eran los Looney Tunes invitándole a pasar dos días con ellos, conocerlos y disfrutar de su ciudad de la diversión. Así que rápidamente nos pusimos a hacer la maleta, reservar hotel y avisar a la familia. Fueron dos días muy largos para Pablo, además de estresantes e inquietantes. Pero todo llegó.

Y como siempre que se llega a un sitio nuevo, lo primero es coger un mapa y situarse. Otros prefieren explorar el terreno.


Lo siguiente no nos lo esperábamos, todos los habitantes de la ciudad quisieron darnos la bienvenida.






Podéis imaginaros la cara de los peques, alucinaban. Y si encima vienen a saludarte personalmente y a darte las gracias por aceptar su invitación, pues el comienzo no puede ser más espectacular.



El que más sorpresa se llevó por nuestra presencia fue Piolín. Estaba tan emocionado por vernos que se quedó congelado y no reaccionaba. 


Los Looney Tunes son tan hospitalarios que nos abrieron las puertas de sus casa para conocerlas. Entrar y sentirte como si estuvieses dentro de la televisión es realmente alucinante, si no fijaros en la cara de mis dos polluelos, que no cerraron la boca en todo el rato.





Visitar el parque supone unir una emoción con otra. Y si conocer a los Looney fue realmente sorprendente, montarte en todas las atracciones que quieras, cuantas veces quieras fue más que inesperado para Pablo.




Tengo mis dudas en quien se lo pasó mejor jajaja







La verdad es que Pablo retó a muchos de sus miedos y eso no fue nada agradable para él. Dice que le tiene miedo a las alturas y se subió a todo lo que podía, dice que la velocidad le dan ganas de "Gomitar" y se subió dos veces a la montaña rusa. Al final los miedos quedaron aparcados y pudo gozar de la aventura.









Cuando el calor apretaba, la visita a los rincones acuáticos se hacía muy divertido.



Aunque para unos más que para otros.












Y de uno de esos momentos, elijo la foto de la semana para Litel Pipol: AGUA, COLOR, DIVERSIÓN, JUEGO resumen aquel día.


Pablo conoció a Batman y se hizo fan número uno de él. Sus coches le quedaron boquiabierto, igual que a papá, pero ayudarle a luchar contra Joker en su fascinante nave espacial le dejó completamente enamorado a él.





El que más pena nos dió no ver en persona fue a Superman. Quizás estaba salvando a alguien. Tuvimos que conformarnos con una estatua suya.



Vimos espectáculos de agua, cine, pasacalles, musicales...y es que dos días dan para mucho.


Pablo mira casi todos los días el buzón, está deseando volver a recibir otra invitación.






No hay comentarios:

Publicar un comentario