19 noviembre 2014

AÑO II - 25º SEMANA LITEL PIPOL

Ser una MAMARAZZI  no es tarea fácil, os lo puedo asegurar. Al principio todos quieren salir retratados, se colocan así y asá, como les digas, tienen paciencia contigo, se entretienen en cualquier escaparate mientras tú le haces una foto a una pequeñita flor que acabas de ver en el suelo, les pareces divertida... Pero con el tiempo todos se aburren y empiezas a escuchar frasecitas del tipo: "Mamá que pesada eres", "pero lo quieres dejar ya", "hoy salimos a pasear, no a hacer fotos ¿de acuerdo?", "no quiero que me vuelvas a hacer una foto nunca jamás"...
Ante esta situación sólo puedes hacer dos cosas: 

UNA - Ceder antes la negativa familiar, guardar tu cámara en el armario y dejar que coja polvo o
DOS - Sacar los superpoderes de madre y/o esposa para reconquistar a la tropa y seguir aumentando el album de todos los momentos vividos, ademas de practicar y aprender cada día más.

Yo, sin dudarlo, siempre opto por la DOS, soy muy muy cabezota. Cierto es que no siempre obtengo los resultados esperados ¿pero hay alguien a quien todo le salga siempre bien? Nadie. Sólo insistiendo, jugando, divirtiéndote con  lo que haces y con quien lo haces te ayuda a conseguir lo que deseado. 

La otra tarde en la finca, la cámara descansaba fuera de la funda sobre el mueble del comedor (lugar habitual cuando estamos allí). Los peques estaban a lo suyo (jugando) y yo a lo mío (comiendo pipas mientras veía la peli), pero sucedió algo que me hizo abandonar mi tan ociosa tarea. Un rayo de sol atravesó la ventana  para colarse en el comedor y yo quise cazarlo. Sólo me costó una tableta de chocolate conseguirlo, onza a onza en cada foto, pero mereció la pena.

Os empiezo mostrando la primera de las fotos que disparé, que además ha sido mi elegida para Litel Pipol. Es una satisfacción conseguir esa mirada de alguien que, en varias ocasiones, me ha suplicado que no le vuelva a hacer fotos nunca jamás ¿no creeis?. Me da la sensación que me lo dice en broma. 



Álvaro es más difícil de controlar, prefiero dejarlo galopar libre y cuando se descuida disparar.



Os había hablado del chocolate que me costó la sesión y aún no se ha visto nada. Pablo se encarga de enseñároslo.





Mientras su hermano hacía muecas, guarrerías varias y se echaba algunas risas con mamá. Álvaro continuaba, como caballo desbocao, por nuestro alrededor, sin importarle mucho lo que hacíamos. Menos mal que a mi si me importaba lo que él hacía y justo cuando se cruzó por otro rayo de sol, la cámara no tuvo más remedio que mirar para él. 



 Y no voy a terminar con un nuevo rayo, si no con la ventana por donde éstos entraban. Porque justo cuando Álvaro se asomó a mirar los pájaros, la mamarazzi estaba alerta de recoger el momento y obtener una imagen tan bonita.


Y después de contaros mi secreto (el chocolate), te toca a ti ¿Cuales son las armas de seducción que utilizais con vuestros hijos?



2 comentarios:

  1. Tú sí que sabes!! Conquistar a tus modelos con chocolate!! Eres sabia!! Precioso ese rayo de luz que has sabido aprovechar muy bien, has hecho una sesión muy bonita y me encanta la edición con ese virado cyan. Muak!! ♥

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