Hoy os traigo un post especial, diferente a lo que os tengo acostumbrados y además con unos invitados de lujo: mi sobrina Leticia y su pequeño Alejandro. Ese pequeño que me hará en noviembre tía abuela, bufff eso ya es un rango que me pone los bellos de punta.
Recuerdo perfectamente cuando ella era una pequeñaja y ahora, en pocos meses, será mamá. Es precioso ver como las personas a las que quieres van dando pasito a pasito encontrando la felicidad y tú estas a su lado para disfrutarlo con ellas.
Mucho antes de quedarse embarazada y en varias ocasiones, me había pedido que le hiciese algunas fotos, pero por unas circunstancias u otras, no pudo ser. En cuanto supo de su estado y me lo comunicó, me pidió que le fuese haciendo un reportaje de diferentes etapas. Estas corresponden a la segunda.
La sesión comenzó al atardecer, el sol estaba a punto de esconderse y pudimos aprovecharnos de una fantástica luz para darle un clima especial.
Pero esa luz nos duró poquito, aunque nos sirvió para dar un giro completo a la sesión y realizar fotografías diferentes a las anteriores.
El cielo se puso de todos los colores para nosotras, seguro que los que están ahí arriba se alegran de la llegada de este nuevo ser.
Hacía tiempo que no enredaba con una foto e iba siendo hora. Espero que a los papis les guste. Para mi la maternidad fue como vivir un sueño, me sentía la protagonista de un cuento en el que había una bella historia de amor, de ahí las siguientes ediciones.
Justo antes de terminar y quedarnos sin luz, se nos incorporó un nuevo modelo. A él le encantan las barriguitas, besarlas, tocarlas, abrazarlas...
No podía yo imaginar que de la sesión de embarazo pudiese obtener una foto para mi Litel Pipol, pero es que es tan bella, tan tierna que no se podía quedar guardada sólo para la familia. PABLO EN ESTADO PURO, escuchando lo que su primo Alejandro le contaba al oído.
Me gustaría saber si os ha gustado, así que no dudeis en dejar vuestros comentarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario