Tras una semana un tanto agetreada, con unas mini vacaciones por medio, he tenido que recurrir a las sesiones de reserva que hago de vez en cuando. Es la ventaja de ir siempre cargada con la cámara.
Si los padres tuviésemos la suerte de poder pedir algún deseo, estoy segura que uno de de los más solicitados sería tener una mirilla desde la que vigilar a nuestros hijos de vez en cuando, ver donde están, que hacen, que hablan...
Las fotos que os muestros están basadas en esa idea. Realmente disfruté observándoles, completamente a su rollo, metidos en su mundo sin importarles lo que sucedía alrededor.
Tumbado en la acera comenzó a jugar con las balizas acuáticas. Yo lo hice en la hierba y simplemente observaba y disparaba.
Las imágenes tienen la capacidad de robar instantes que se escapan a los ojos, de retenerla e inmortalizarlas para siempre y de fantasear con lo que se ve. Aquí os dejo la imagen de la semana para Litel Pipol.
Álvaro no tenía muy claro a lo que su hermano estaba jugando, de ahí su cara jajaja.
Pero cuando entró en escena Kiko, Álvaro se olvidó de Pablo y cada uno continuaron a lo suyo.
En alguna ocasión se percató que estaba observándoles, pero no le importó y continuó.
Kiko es un bendito, pudiéndose escapar en más de una ocasión prefirió seguir al lado del peque.
No dejéis de pasar por Litel Pipol y disfrutar de tantos fantásticas fotografías juntas:
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