18 junio 2014

AÑO II - 3º SEMANA LITEL PIPOL

El fin de semana pasado tenía que hacer algunas cosillas en Moraleja, el pueblo de mi madre, donde vive mi abuela. Salí de trabajar, tambien de Moraleja, me vine a Coria, recogí a los niños y como no tenía a nadie con quien dejarlos, llamé a mi abuela y sin dudarlo ni un segundo, decidió quedarse con ellos mientras yo hacía lo mío.

Por desgracia mis hijos no tiene una abuela materna, pero por suerte disfrutan de una bisabuela, que con 86 años, cuenta con una vitalidad que ya quisieran muchos de 60. Ella cubre el papel que su hija no ha podido tener y mis hijos la adoran tanto como yo.

Las fotos que os muestro a continuación, corresponden al momento en el que, tras realizar lo que tenía pendiente, me reencuentro con los tres en el parque cercano a la casa de la yaya. Allí los peques me esperaban manchados de arena, con los morretes sucios de los gusanitos que habían comido, las rodilleras marcadas de tanto jugar... Vamos que no me echaron mucho de menos y se lo pasaron bomba.

Había que inmortalizar una tarde distinta, en un parque diferente, en otro pueblo y con la mejor compañía, así que cámara en mano me puse a disparar.
Pablo en todo momento se mostró muy colaborador. Él me buscaba las localizaciones y posaba para mi, en resumen: mi productor y modelo jajaja.


Me quedo con la siguiente imagen como la protagonista de esta semana. Esa mirada seductora me tiene cautivada. Me vuelvo loca con sólo pensar lo que este niño me va a regalar a partir de ahora, sólo necesito encontrar su momento participativo. 
Se subió al barco (que es la forma de este parque) y se colocó de la siguiente manera, después me dijo "¿Te ha gustado mamá?":




Mientras yo me centraba en el mayor, mi abuela estaba encargada del pequeño, que no paraba de entrar y salir, subir y bajar...



Ambos empiezan a buscarse en el juego, Álvaro imitando mucho a su hermano mayor y Pablo llamándole la atención para que le siga. Aunque a veces se tornan los papeles y es el grande el que imita al chico.



Como habéis podido ver, en las fotos anteriores, Álvaro tiene un esparadrapo en la frente. Resulta que el jueves se cayó en la guarde, con tan mala suerte que se dió con la esquina de una pizarra. En el momento de la foto hacía 24 horas que le acababan de dar dos puntos y aunque era entonces cuando debía quitarle la venda, quise esperar a la noche y hacerlo en la ducha. En las próximas sesiones aparecerá con un tatuaje nuevo, el segundo para él.


Subido a la proa del barco, Pablo quiso demostrarme lo que era capaz de hacer. 


Y como no, Álvaro tambien quería subir, así que la yaya le ayudó. 


La siguiente foto no está técnicamente bien, pero no por ello la voy a dejar de poner. Y es que me va a traer buenos recuerdos y me va a dar pie en contaros la historia y las ocurrencias de mi hijo. Resulta que desde que llegué al parque estaba deseoso de tirarse por esta barra, típica de los bomberos. Pero el miedo no le dejaba.

Estuve un buen rato animándole a que lo intentará, le daba instrucciones verbales para que lo consiguiera y nada. Al final le agarré una mano, se la puse en la barra y ello le obligó a tener que agarrarse con la otra y deslizarse. La imagen muestra la segunda vez que se desliza y la primera que él consigue sólo. A partir de ahí hubo muchas más.

Lo gracioso fue cuando llegamos a casa y se encuentra con su padre. A mi ya se me había olvidado este momento, a él no. Lo primero que le dijo fue "Papá no te lo vas a creer ¿mamá me ha ayudado a vencer el miedo?"  La cara de su padre y la mía, por la expresión utilizada fue de foto.



Quise hacerle una foto bonita a los tres, pero fue una tarea complicada. Álvaro no paraba de comer y estaba a su rollo, Pablo tenía un chute de adrenalina que no le dejaba parar ni un segundo y mi abuela en tensión porque ellos me mirasen. Ésta ha sido la única que he podido salvar.


No encuentro mejor manera de finalizar hoy, que con un retrato de ella: Mi Yaya. Se la quiero dedicar a mis tías y mis primos que están en Barcelona y no la pueden disfrutar como nosotros. Ella es guapa por fuera, pero más aún por dentro. Ojala haya sacado sus genes y a su edad me encuentre así de bien. 



Como viene siendo costumbre, os recomiendo pasar por el blog de Litel Pipol, allí gozaréis de 28 maravillosas fotografías de niños en su vida diaria, en sus momentos rutinarios. Entrad y os engancharéis:


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