La semana pasada os mostraba un reportaje al que le tenía ganas, muchas ganas. Retratos en primer plano de Pablo con una apertura de 1.8, donde el desenfoque era muy grande.
Esta semana os traigo algo que consideraba imposible, el mismo tipo de retratos pero a Álvaro.
El sábado, sin preparación ninguna, despeinado, en pijama, con legañas en los ojos... le propuse hacerle fotos y me dijo que si. Me puse hasta nerviosa, corrí a coger la cámara, le quité la camiseta del pijama dejándole con la interior y le puse un nuevo cuello mío.
Comencé a hacer las fotos sin esperar demasiado, en todo momento tenía la sensación de que en cualquier momento se me aburriría y abandonaría, pero estaba completamente equivocada. Su SI, era sincero y comprometido, y aunque se me cambió de lugar, pude tirar a diestro y siniestro y después tener dificultad de elegir cuales y cuantas mostraros.
Espero que os gusten tanto como a mi, no sólo por lo guapo que está, si no por lo difícil que es fotografiar a un niño de 2 años con un nervio en vena, dificil de controlar, y sacar de él miradas y gestos tan divertidos como bellos.
La cosa empezó tranquila: "Álvaro sientate ahí y mirame"
"Cariño sonríe", es la típica frase que todas las madres decimos a nuestros hijos, a la hora de hacer una foto,y con la que nunca se obtiene una sonrisa natural. Por supuesto yo era lo que quería.
Hice unas cuantas fotos más teniéndolo contra la pared, pero enseguida decidió sentarse en frente, colocándose justo donde le hice la sesión a su hermano la semana pasada.
A partir de aquí continué la sesión con un asistente-animador, Pablo. Él iba pidiéndole al modelo diferentes gestos. El primero de ellos: EL ENFADO.
Después: LA BURLA.
Álvaro se mantenía atento a sus instrucciones y repetía todo lo que su hermano le pedía. Todo un lujo de modelo. La elección para Litel Pipol, ha sido más que complicada. Tenía dos favoritas y para elegir tuve que echarlo a sorteo. Esa mirada serena, el desenfoque conseguido, esa boquita de piñón... pasan a formar parte de la semana 28 de Litel Pipol.
Como podéis imaginar, nos pasamos un rato bastante divertido. A ver si así le queda buen sabor de boca y consigo que en breve me vuelva a posar.
Esta fotografía me encanta, me recuerda mucho a una que le hice con meses, metido en su cochecito de paseo y con el gorro del abrigo puesto. Al mirarla los ojos se llevan tu atención y dificilmente te dejan escapar.
Bellísimo :)
ResponderEliminarGracias Sylvia. Está cada día más guapo y eso que yo decía que era más feo que su hermano. Ahora dudo cual de los dos es menos guapo jajaja.
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