No podíamos esperar otra cosa que nuestro hijo jugase a montar su propia granja, a plantar sus tomates, sus pimientos... Que imaginariamente condujese su tractor con remolque incluido, incluso que tuviese un espantapájaros para espantar a los pájaros. Y es que Pablo siente predilección por su yayo, por todo lo que hace. Así pues es completamente comprensible que en casa se meta en el papel de él.
Aquí os dejo el Kids Were Here del mes de agosto, la foto está hecha en su habitación después de que él terminase de jugar.
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